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Yo soy los ancestros del mañana y El futuro del ayer y lo que soy aquí y ahora está en constante cambio

«Yo soy los ancestros del mañana y El futuro del ayer y lo que  soy aquí y ahora está en constante cambio»

Hoy continuamos celebrando la rueda del año a través de la cual vamos aprendiendo a fluir con los ciclos de la tierra, y donde cada ciclo va marcando el cambio en los patrones que nos afectan a todos en el movimiento de nuestra consciencia.

Mientras vamos comprendiendo el fluir y la dirección de este movimiento, esto trae una invitación a vivir más presentes en la vida cotidiana, viviéndola como seres que pertenecemos a una tierra, y que tenemos la oportunidad de cambiar con ella, con sus movimientos cíclicos en todos los niveles de nuestro ser.

Así pues, ahora llegamos a la celebración de los ancestros.

Podemos imaginar que nuestros antepasados son un bosque grande y antiguo cuyas raíces vivas compartimos.

Esas raíces ancestrales nos conectan unos con otros y con la tierra como han hecho desde mucho antes de que surgiera nuestra especie, nuestras raíces nos conectan con el planeta y con la vida misma.

Nuestros ancestros no son simplemente aquellas líneas de sangre a las que pertenecemos, hoy también necesitamos mirar un poco más allá y entender que pertenecemos a un sistema nervioso colectivo y por muy lejos que vivamos o por muy distante que sea nuestro parentesco no se puede pensar que dos humanos a través del espacio o del tiempo estén totalmente desconectados, pues estamos unidos por nuestro origen común.

La salud de nuestras raíces colectivas establece como responden y se adaptan las comunidades y las sociedades a un cambio cultural o climático.

Ante la celebración anual de todos los ancestros, es como un chequeo de nuestra conexión con la muerte y la vida también, es un tiempo profundo donde podemos experimentar esa sensación donde los velos se disuelven y el mundo de los vivos y de los fallecidos parecen estar más juntos.

Y digo parecen porque en nuestra realidad física ellos ya no están presentes pero la comunicación con ellos continúa a través de conservarlos en nuestra memoria

Este periodo del año que nos pide un descanso a lo profundo de la oscuridad porque impera menos luz en la naturaleza y así es como simbólicamente podemos introducirnos dentro de este ciclo, para que podamos encontrar mayores comprensiones e incluso descubrir tesoros que se hallan allí escondidos, pues para ver lo que hay en la oscuridad necesitamos prender la luz.

Es un tiempo donde las semillas de nuestras ideas y de nuestra futura dirección en la vida son incubadas ahora en esa oscuridad para poder renacer en el solsticio

Este movimiento que nos invita también a renovarnos a nosotros mismos, nuestras células, nuestra comprensión sobre la vida y la muerte.

Muerte y renacimiento, en el hemisferio norte las hojas caen y la naturaleza se prepara para el invierno y en el hemisferio sur los brotes se preparan para renacer y abrirse al verano. Así pues, podemos contemplar la polaridad dónde vida y muerte siempre van de la mano y esto significa que siempre hay nuevas oportunidades para empezar otra vez.

Si tuviera que resumir lo que me inspira este momento del año sería la siguiente frase:

Yo soy los ancestros del mañana y El futuro del ayer y lo que  soy aquí y ahora está en constante cambio

 Pasado presente y futuro están completamente interconectados y la realidad es que vivimos un tiempo circular y para la percepción de la experiencia del alma esto es fundamental porque no solo pertenecemos a un linaje familiar somos una comunidad global de seres humanos que habitamos un planeta con su historia y sus experiencias, por lo que hoy más que nunca necesitamos practicar el valor de convivir en paz unos con otros, pero para llegar a ello todo el trabajo individual es imprescindible.

Este ciclo también nos pone en contacto con la muerte o trascendencia, donde recordamos a todas aquellas personas que ya no están, volviendo la mirada de una forma más intensa a como es o ha sido esta experiencia en nuestras vidas y cómo la vivimos hoy.

Para mí es muy importante que reflexionemos varios puntos:

  • Que es la muerte para mí
  • Cómo me relaciono con la muerte y las diversas creencias acerca de ella
  • Y que vivencias se han dado en la familia entorno a ella

 

Cuando un ser querido se va y fallece, las circunstancias de cómo se ha ido dando y cómo ha sido la vivencia del final de sus días también va a marcar el cómo se va a transitar posteriormente un duelo.

Cuando nos enfrentamos a la muerte nos sentimos vulnerables, y si ha habido un tiempo donde se ha podido hacer una despedida consciente, de aceptación, donde se han podido compartir cosas importantes y realizar una despedida, esa transición, aunque sea dolorosa con frecuencia es relativamente más fácil porque, aunque después de la muerte de un ser querido, quienes se quedan necesitarán un tiempo para hacer el duelo.

Para unos será más prolongado que para otros, pero en general tarde o temprano todos o casi todos podrán seguir caminando y continuar con sus vidas.

Normalmente el vacío que dejan las personas se va llenando gradualmente con recuerdos, historias e imágenes, y si se ha podido hacer una buena despedida quedan esas conversaciones y esas lágrimas compartidas en conjunto donde habrá como una sensación de algo finito, algo terminado y que llegó a su conclusión, pues todos podrán mirar juntos a la persona que se marcha pacíficamente.

Pero a veces la muerte llega inadvertida de forma inesperada y pone fin a la vida de alguna persona.

En este tipo de situaciones se experimenta mayor conmoción porque por un lado no fue posible la preparación y el proceso de integración y adaptación al suceso tomará mucho más tiempo y desgaste de energía en general porque nos pone en evidencia que las certezas de la vida no lo son tanto.

Cuando la muerte llega imprevistamente no existen últimos momentos de despedidas y entonces se necesita más tiempo para adaptarse pues se nos hace más difícil separarnos de la persona que se marcha y que irá acompañado por una sensación de algo inconcluso que habrá que ir completando paulatinamente a lo largo de los meses siguientes.

Algunos podrán ir llegando poco a poco a alguna especie de acuerdo interno por la pérdida y otros podrán mirarlo en paz y…otros tendrán que hacerlo desde lejos y mantener cierta distancia porque mirarlo directamente les planteará demasiados sentimientos e incluso para algunos la herida no cierra y permanece abierta siempre.

La experiencia de la muerte es muy distinta para cada una de las personas porque cada persona se enfrenta a cosas totalmente distintas.

 

Las personas que no han podido tener a sus fallecidos cerca y aquí ya hablamos incluso de catástrofes, muertes en guerra, no muy lejos de lo que vimos vivimos hoy en día donde este trauma se está dando cada día ahora en nuestras vidas, en estos casos,  incluso el hecho de tener una tumba donde ir o un lugar para visitar que le traiga la sensación de presencia, con frecuencia puede llegar a ser  importante porque puede ayudar a sentir cierto arraigo y experimentar como una especie de realidad que puede faltar en la vida cotidiana sobre todo cuando las personas se enfrentan a este tipo de separaciones.

En definitiva, las pérdidas de los seres queridos nunca son fáciles e incluso aún en épocas de paz y estabilidad algunas personas realmente no podrán seguir caminando después de haber perdido a un ser querido y esto sucede.

Y Para las personas que viven ésta experiencia como un paso más de la vida, lo aceptan y acompañan a sus seres queridos con toda su presencia, incluso como un paso más a una nueva forma de nacer, viven más conectados y presentes en la vida, sienten la vivencia como un ciclo más de la vida.

Tras la muerte el ser humano se enfrenta al sentido de trascendencia, a la vivencia de la separación, y al sentido de la vida misma.

Hoy vamos a ver que necesitamos para completar el duelo hacia nuestros seres queridos, sencillas y que son imprescindibles:

  • Necesitamos Tiempo para despedirnos
  • Necesitamos tiempo para adaptarnos
  • Y necesitamos compartir ese duelo con otras personas, familiares o amigos
  • Y en algunos casos necesitamos tener una tumba o un lugar donde podamos sentarnos para sentirnos arraigados.
  • completar lo que esa relacion significo, y poder integrar aspectos pendientes

 

En cualquier caso, está experiencia nos desnuda el alma y nos brinda la realidad de que nuestra vida es temporal, al menos, en la realidad física

Si algún duelo se ha interrumpido y congelado, lo único que queda es mirarlo desde la distancia. ¿Cuántas cosas miramos hoy desde la distancia porque nos duele?

Así que este momento del año nos pide mirar esos duelos, como han sido transitados en nuestras familias y como hemos ido integrando esas experiencias.

Una solución la brinda el tiempo, este nos permite ir mirando poco a poco de cerca e ir aceptando esa perdida en nuestras vidas donde paso a paso se pueda abrir entre la persona y el fallecido una sana despedida.

Otro tema importante es lo que hemos vivimos con esa persona, y eso es una experiencia individual, lo importante a preguntarnos también es sí vimos a la persona por quién realmente era y si puedo reconocer lo que su presencia generó en mí.

En general el movimiento saludable para los que estamos vivos sería sentirnos conectados con el que se va, sintiendo paz y aceptación de lo que la vida nos ha traído y a la vez separados de ellos, aceptar la separación física, y así, respetar la línea que divide el mundo de los vivos y de los fallecidos.

Porque nuestro dolor y nuestros apegos también mantienen el alma del que se va sin la paz de poder transitar su propio camino.

No digo que sea un proceso fácil, pues nos abrimos a nuestra vulnerabilidad y humildad más grande ante la vida.

En definitiva, la pena que no se procesa es como una herida física que no se limpia y no cicatriza y por el tiempo se infectará y comenzará a doler volviéndose latente, y toda pena no elaborada compromete la vitalidad de nuestra salud.

El dolor no se pasa solo y puede causar diferentes interferencias en nuestras vidas generando una pérdida de interés en prosperar, depresión, sentir una vida vacía, la sensación de no querer vivir.

Hay que recordar que cuanto más traumático ha sido un episodio de pérdida o fallecimiento más necesita ser exteriorizado porque en el mundo del alma todo es atemporal, no existe pasado presente o futuro, es un presente continuo.

Si hubo duelos bloqueados en el pasado esas heridas siguen rumiando en el presente.

El alma busca la transformación para poder regresar a la paz y vivir desarrollándose en la vida, si una parte de nuestra energía vital se bloquea, ésta energía va al inconsciente y nos impide vivir el momento presente.

Y así, lo que pensamos que es el destino es en realidad el pasado no integrado.

Aunque tenemos voluntad propia, nuestras elecciones están condicionadas por el pasado, por todo aquello que se ha negado, rechazado, disociado y reprimido y esto paraliza nuestra energía vital disponible y sobre todo restringe nuestra libertad de movimiento.

Con cada negación o supresión del pasado no procesado creamos nuestro destino que como ya sabemos es la repetición del sufrimiento o de esas experiencias no integradas, de esos duelos no integrados en nuestras vidas y pueden haber sido en tiempo presente con familiares cercanos o incluso de otras generaciones donde realmente no tuvieron tiempo ni de pararse a elaborar esas pérdidas por circunstancias.

Vivimos tiempos donde en diferentes países se viven pérdidas traumáticas cada día y esto es un claro ejemplo del trauma del pasado del ser humano a lo largo de la historia.

Así pues, todos compartimos un trauma colectivo que a su vez influye en el trauma personal, somos una gran alma colectiva.

Si somos capaces de sanar y de integrar estas pérdidas, el auténtico futuro puede llegar a nuestro encuentro pues desde ahí todo cambia, pero nada se pierde.

A veces por muy estresante y desconcertante que parezca una experiencia, si podemos acogerla, también podemos responder a ella.

Y esto requiere una capacidad de respuesta compasiva ante la vida, y éste es el recurso que podemos desarrollar como seres humanos.

Por eso en este momento del año siempre es idóneo poder hacer un trabajo consciente acerca de todas estas partes que residen en nuestras vidas para poder cerrar ciclos y seguir hacia adelante pues mientras estemos en la vida, la vida siempre nos lleva hacia adelante si lo elegimos.

Honrar a nuestros antepasados es darles un lugar en nuestro corazón y a la vez seguir con nuestras vidas, agradeciendo todo cuanto nos han transmitido.

Por duelo también podemos incluir todo aquello que sentimos que hemos perdido o partes de nosotros que han cambiado y que ya no somos “eso” que éramos, necesitamos despedirnos de esas partes para dar lugar a lo nuevo en nuestras vidas, una nueva forma de ser.

Y “SER” significa aquí Crecer.

En los distintos ciclos de la rueda del año aprendemos que la vida es un movimiento constante de cambio, pues la madre tierra nos enseña esta ley natural.

Desde que empecé a ser consciente de que la tierra es el hogar que nos acoge, de practicar desde hace más de 20 años estás simples enseñanzas que nos brinda cada año de nuestra existencia, que la tierra es una gran madre y que a través de los distintos ciclos nos da la oportunidad de expandir nuestra consciencia y realizar una transformación junto a ella, entonces…realmente te rindes ante la grandeza de la vida y la tomas como un regalo.

La vida es un templo sagrado, la primera casa que habitamos todos al llegar a la vida fue en un útero y en el aprendimos que solo podemos avanzar a través del cambio.

Vivir se convierte en algo sagrado y existir en el mundo es compartir abundancia y servir de todo corazón.

Podemos empezar a actuar como cirujanos de la conciencia e ir hacia adentro porque no vivimos en la tierra separados de ella, sino que pertenecemos y somos el espíritu y la conciencia que forma parte de ella.

Si todavía no estás suscrito a la comunidad ORÍGENES, que sigue el pulso de la madre Tierra como un espacio de aprendizaje y contención, puedes unirte entrando en mi página web www.maricarmenvilata.es y enviar un e-mail para participar de estos encuentros On line.

 

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